Hola queridos lectores, otra vez atareada en el taller y con el blog un poco abandonado..., pero ya sabéis que después os recompenso con interesantes entradas sobre los trabajos que salen del taller!.
Hoy quisiera hablaros, dentro del espacio dedicado a la ebanistería, del ensamble de cola de milano, ya que muchas veces, alumnos, clientes o conocidos me preguntan qué es, cómo se hace, para qué se usa...
Pues bien, este ensamble se usa sobre todo, para la construcción de gavetas o cajones, en muebles de calidad media-alta, debido a que su peculiar construcción lo hace especialmente fuerte y resistente a la tracción que se ejerza, a pesar de que la cola falle.
El otro uso popular que se le da, es en la construcción de cajas y arcones, donde si la unión es ajustada resulta no sólo fuerte, sino atractiva ( el juego de la veta de la testa, con la longitudinal, crea un bello efecto con alto nivel decorativo). Hay variantes de la cola de milano, en la que se añaden plantillas con diversos dibujos ( dependiendo del ebanista que lo realice) que hacen que la pieza sea aún más vistosa, como es el caso del "diente de perro" usado en los baúles de cedro canarios.
Su nombre deriva de su forma trapezoidal, que se asemeja a la cola de un ave llamada "Milano".
La construcción de la cola de milano básica es sencilla y divertida, y lo mejor de todo es que no nos hace falta tener una maquinaria especializada, tan sólo elementos para el diseño (lápiz, escuadra...), serrucho, sierra de calar, un escoplo o formón y una maza. Por supuesto que su fabricación puede realizarse con maquinaria, por ejemplo, algunos de los cortes los podemos llevar a cabo con la sierra sinfin, o incluso venden piezas para la fresadora con las que se realizan en cuestión de minutos, pero ya que se trata de aprender, nada mejor que hacerlo con herramientas manuales, que aparte de ayudarnos a adquirir destreza, nos aseguran poder realizar este trabajo sin necesidad de tener maquinaria en el taller.
Y lo más importante, si estamos restaurando un mueble y debemos reproducir una cola de milano, debemos hacerla como antaño, es decir, a mano.
El primer paso sería plantear el dibujo de la cola de milano. Existen plantillas en el mercado que facilitan el marcado, pero quiero que aprendáis a marcar desde cero, después vosotros decidiréis si comprar o no. Las tablas que usemos deben ser de igual ancho y grosor.
Debemos tener en cuenta que el ángulo de apertura debe ser de unos 80º desde la base, o bien mantener una proporción de 1 a 5.
La distancia entre las colas de milano, dependerá de si nos gustan más juntas o más separadas. Lo que sí debemos tener en cuenta es que las semi-espigas no sean más estrechas que el grosor de la pieza de madera, ya que si no, podrían partirse.
Una vez tengamos claro el diseño lo traspasamos a una de las piezas de madera, que previamente habremos preparado, con el mismo grosor, tal y como vemos en las imágenes.
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Dejamos 2 cm por cada lado y marcamos el centro |
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Marcamos el centro entre las marcas anteriores |
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Tomando como centro, los hallados anteriormente,
marcamos la medida de la base de la cola de milano |
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Marcamos la medida de la parte alta de la cola de milano y unimos con una línea |
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Alargamos las líneas a la testa de la tabla, de forma que nos sirva de guía para el serrucho |
Fijamos la pieza en un tornillo de banco y serrucho de costilla en mano, comenzamos a cortar....
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Fijamos la tabla en la prensa del banco de trabajo,
o con unos sargentos a una mesa |
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Comenzamos a cortar con un serrucho de costilla |
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Seguimos la dirección del dibujo de la cola de milano,
hasta llegar a la línea que marca el alto de las colas |
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Eliminamos los bordes con el serrucho |
Una vez tenemos todas las marcas serruchadas, debemos quitar la pieza sobrante, y para ello, ponemos nuestra pieza sobre el banco de carpintero, o mesa de trabajo, la fijamos con un sargento por el extremo contrario al que vamos a trabajar, protegiendo la madera con taquito (es muy importante ir guardando restos y sobrantes de cortes de madera porque nos serán muy útiles en casos como éste), y con el formón que más se adapte, vamos eliminando la parte que sobra tal y como se muestra en la imagen. Primero marcamos el límite, y después quitamos una lasca..., así hasta el final.
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Fijamos la tabla a una mesa con un sargento porque ahora deberemos eliminar las partes sobrantes, que no podemos serruchar |
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Cogemos un formón del ancho adecuado para que cubra el espacio a eliminar,
y marcamos el límite (la marca del lápiz que delimita el alto de la cola) golpeando el cabo del formón con una maza o martillo de cabeza de nylon.
Esto va a evitar que cuando quitemos la primera lasca, se nos astille la madera o nos pasemos de la medida. |
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Con el formón en horizontal eliminamos una lasca, hasta el límite marcado anteriormente. |
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Otra lasca... |
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Mismo procedimiento... |
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Hasta eliminar por completo el sobrante. Y ahora lo mismo para el otro pedazo sobrante. |
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Éste debe ser el resultado final |
Ya tenemos la primera parte del trabajo hecha. Vamos a por el encaje de nuestro puzzle.
Tomamos la primera pieza a modo de plantilla, y marcamos el contorno sobre la testa de la segunda pieza. A continuación marcamos la profundidad del corte, que será la misma que el grueso de las piezas. Fijaros en la imagen.
Y repetimos la operación de corte, fijamos la pieza en el tornillo de banco, y a serruchar!.
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Usamos la primera tabla como plantilla, y marcamos sobre la testa de la otra pieza las colas que hemos recortado. |
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También traspasamos la medida de la profundidad que tendrán estos segundos cortes |
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Y alargamos las líneas hasta el límite de esa medida |
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Fijamos tabla y cortamos... |
Seguidamente, pasamos a la mesa y eliminamos el sobrante con el formón.
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Vamos vaciando la pieza sobrante.
Recordemos: marcar límite... |
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...quitar lasca. |
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Así hasta dejar preparada la segunda parte de nuestro puzzle |
Ya tenemos las piezas del puzzle, ahora comprobemos que encajan y...
voilà!!. Nuestro ensamble terminado.
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encajamos las piezas... |
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Y ya tenemos nuestra cola de milano! |
Hay que tener en cuenta que el encaje debe quedar bastante ajustado, pero, como todo, la experiencia es un grado, y si a la primera no os queda todo lo ajustado que debiera, hay truquitos.
En el caso de que no entre una pieza en la otra, cogeremos una lima e iremos retocando las zonas que impiden que encajen.
En el caso de que os haya quedado holgado, podemos meter unas lasquitas de madera en las ranuras (si son muy grandes), o en el caso de que sean pequeños huecos, rellenar con masilla, o una vez montada la pieza con cola, lijamos sin eliminar el sobrante de cola (hará el mismo efecto de la masilla al unirse el serrín con la cola).
Otra entrada la dedicaré a hablarles de la variante más decorativa de la cola de milano. En Canarias la llamamos "diente de perro", y se usa sobre todo como ensamble en los famosos baúles de cedro.
Pues bien, ésta ha sido la entrada de hoy... Espero que os sea de mucha utilidad!.
Lo próximo...un trabajito de restauración de dorados.
¡¡Un abrazo!!
Un post muy ilustrativo e instructivo. Gracias por la lección.
ResponderEliminarBesitos
Gracias Clara.
ResponderEliminarAhora toca practicar! ;-)
Besitos!
muy ilustrativo, me agrada lo facil que es entender el procedimiento
ResponderEliminarMuchas gracias Ranger. Me alegra que te parezca sencilla la explicación, ¡de eso se trata!. ¡Un saludo!
ResponderEliminarMuy buena explicación,gracias.
ResponderEliminarMuchas gracias por la explicación, era una duda de muchos años. Saludos desde Córdoba, Argentina.
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