Esto sin duda se debe a que, de manera sistemática se piensa que la restauración de un mueble, al contrario que sucede con otras disciplinas artísticas, se parece más a un maquillado, una destrucción o una simple falsificación que a una verdadera restauración. Lo que nunca se haría con un lienzo o una escultura se hace con un mueble. ¿Por qué?. La respuesta la encontramos en el insuficiente respeto e interés que, a lo largo de la historia ha sufrido el patrimonio mobiliar, y que por tanto nos lleva a que, cuando un mueble necesita reparaciones, basta con que cualquier "manitas" le haga un "apaño": el repinte de un marco dorado con purpurina, el rebarnizado de una mesa acabada originalmente a goma-laca con cualquier producto de la ferretería de enfrente, las transformaciones-agresiones irreversibles como cortar algún elemento del mueble para hacerlo "más funcional"...
Quiero recordar que un restaurador de muebles debe reunir una serie de requisitos indispensables para desarrollar su actividad. Requisitos realmente importantes, porque en sus manos tiene un compromiso con la historia: debe CONSERVAR la identidad del mueble para futuras generaciones. No sólo se trata de ser un cualificado artesano, o un "manitas".
El restaurador de muebles debe contar con una formación específica, basada en el equilibrio entre la habilidad técnico-manual y conocimientos teóricos que abarquen aspectos histórico-artísticos y relacionados con los materiales que pueden formar parte del mueble. Y la guinda de este cóctel debe ser una constante puesta al día en materia de conservación, sensibilidad artística y ética, elementos éstos que le ayuden a cumplir la máxima de una correcta restauración: EL RESPETO POR LA OBRA DE ARTE.
Así que tras este discursito (perdón por dejarme llevar por la pasión por mi trabajo!) me gustaría hablaros de lo que se considera limpieza, sus límites y de lo que NUNCA debemos hacer a la hora de limpiar un mueble antiguo (será breve, lo prometo):
- "Se considera limpieza a la operación que permite la eliminación de la suciedad y de todas aquellas sustancias que puedan representar causa directa o indirecta de daño material, así como de todo lo que, al modificar las características de la superficie de un mueble (color, textura, etc...), altere o disturbe su imágen. También debemos incluir aquí la supresión de los barnices degradados que afecten a la obra, y cuando no quepa ya, su regeneración. Constituye uno delos momentos más arriesgados y delicados de la intervención en el mobiliario, por su carácter irreversible (...), por ello, si lo que se eliminina (por descuido o error), es una parte constitutiva de la obra, habremos perdido para siempre ese elemento del original." A.A.V.V. El Mueble. Conservación y Restauración.
- La operación de limpieza debe ser proporcional al grado de suciedad de la zona que se va a limpiar y podemos usar : - medios mecánicos como escalpelos, bisturíes y espátulas, sin llegar NUNCA a incidir sobre elementos originales de la obra, masillas, gomas, miga de pan, etc.
- NUNCA usar lija o cuchilla de ebanista, ya que son métodos abrasivos demasiado agresivos que inciden sobre la madera, rebajando su superficie y eliminando elementos tan importantes como son, las huellas del tiempo (pátina), o la trazas dejadas por las herramientas con las que fue construído el mueble, y que nos pueden ayudar a estudiar las técnicas usadas en una época en concreto.
- NUNCA usar pistola de calor o disolventes demasiado enérgicos (sosa caústica o amoníaco), ya que no sólo contribuye a acabar con cualquier vestigio de la pátina, sino que además daña la madera, -quemándola-, y sus tintes.
Esto es todo... por hoy!
Un saludo!
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