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chapa de palma de caoba |
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raiz de thuya |
Cuando hablamos de que un mueble es chapeado, la primera impresión es pensar que esto es un signo de baja calidad, pero realmente no es así; de hecho fue una práctica habitual a partir del s.XVII, cuando lo que se quería fabricar era un mueble de lujo, puesto que los ricos efectos que se consiguen recubriendo el mueble con determinadas chapas (raiz de nogal, de roble, de chopo, de tejo, de thuya, palma de caoba...) o realizando composiciones de marquetería sobre el mismo, no se podían conseguir trabajando con madera maciza. Hasta entonces, las decoraciones del mueble se realizaban mediante tallas, incrustaciones, pinturas o dorados.
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raiz de nogal americano |
Pero a la hora de la conservación del mueble, esta práctica decorativa sí que puede convertirse en un problema. Y es que, generalmente se elegían maderas de baja calidad para el "armazón", ya que no iba a quedar visto. Con el tiempo, estas maderas, que no recibían ningún tipo de protección, son atacadas irremediablemente por insectos, y es muy habitual encontrar fastuosos muebles, decorados con ricas marqueterías, o recubiertos con las más bellas chapas....y totalmente arruinados en su interior (recordemos que las termitas excavan sus túneles para alimentarse, en el interior de la madera, dejando una fina capa que las protege de la luz, que en este caso sería la chapa). Esto conlleva un trabajo de recuperación del mueble, trabajoso y que generalmente pasa por tener que levantar la marquetería o la chapa y reconstruir el interior, para volver a colocar la chapa sobre la nueva superficie ya tratada.
La tapa superior está completamente "comida"; en este caso hasta la chapa que lo recubre está en mal estado. Así que una vez decapado el barniz, que presentaba un aspecto cuarteado irrecuperable, y desinsectado el mueble, procedemos a la reconstrucción.
El primer paso consistirá en consolidar las partes que aún estando comidas, son recuperables. Para ello hacemos uso de Paraloid B-72, disuelto en disolvente universal, mediante inyección e impregnación. Cuando el Paraloid haya secado reconstruimos las zonas afectadas con masilla de dos componentes, en este caso Axon y una vez seca la mezcla lijamos hasta dejar una superficie lo suficientemente lisa como para apoyar la nueva pieza que hemos fabricado para sustituir la chapilla inservible.
Una vez acabado el proceso de dar muñequilla y aplicado el "toque" secreto del taller, por fin está listo para aquello de... "espejito, espejito...".
Recordad que este espejo de tocador está en venta, y que para saber más acerca de éste u otros muebles que vendo podéis ir a la sección "Restaurata vende...." , pinchando en este enlace o accediendo a la página principal del Blog.
Un saludo y ¡hasta pronto!.