Su dueña, una encantadora ancianita de preciosos ojos azules, vecina del taller, me la entregó hace unos meses con la ilusión de devolverle una belleza, que ni ella recordaba haberle visto. Su deseo era poder disfrutarla "un tiempito", y que cuando ella ya no esté, sus hijos se quedaran con este recuerdo.
Hoy se la colocamos en su habitación y estaba tan ilusionada....
Así que, los primeros pasos fueron: quitar herrajes y cerraduras, eliminar pintura y desinsectar.
Pasados 20 días (periodo de desinsectación), comenzamos con el resto del trabajo. El interior de los cajones o gavetas, estaban en tan mal estado (carcomidos pues eran de pino, agrietados y manchados), que hubo que sustituirlos. El frente se conservó pues al ser de una riga muy ateada, no había sufrido ataque de xilófagos.
La estructura de construcción de las gavetas era muy sencilla: los laterales se unían al frente con un ensamble de media madera, y la trasera simplemente estaba clavada a los laterales. El fondo estaba realizado de tablillas de 0.8 cm. de grueso, unidas a tope. Nosotros respetamos la forma construtiva, y el único añadido que hicimos fue el de unir los fondos mediante galletas encoladas, de forma que dábamos un poco más de cuerpo a la gaveta.
La madera usada fue riga vieja, para asemejarla lo más posible a la original. Procuramos que a la hora de cepillar y regruesar quedasen imperfecciones de forma que las tablillas nuevas no destacasen y chocasen con el resto del mueble, que presentaba las señales lógicas del tiempo.
Una vez acabado este trabajo, procedimos a colocar tres tablillas faltantes de la trasera de la cómoda, y a rehacer las guías desgastadas por donde debían correr las gavetas (este es un problema muy común en muebles antiguos con cajones, pues las correderas, realizadas en madera, se terminan desgastando, lo que dificulta la entrada y salida de la gaveta).
Rehacemos las zonas carcomidas, y encolamos de nuevo las patas en su sitio, ya que estaban mal fijadas.
Limpiamos los herrajes en un intento de preservarlos, pero los resultados no fueron satifactorios, así que le colocamos otros, con motivos modernistas, que iban muy bien con el estilo del mueble y eran más funcionales. Los herrajes antiguos se los entregaremos a la dueña de la cómoda (enmarcados) para que se conserven como testigo .
Por último limpiamos y engrasamos las cerraduras, a una de ellas hubo que soldarle una pieza faltante.
Y ya es hora de proceder a dar los tintes y las ceras. Es fantástico el cambio que se aprecia simplemente desde el momento que se aplica el tinte...¡la madera es tan agradecida!.
Un mueblito más del que nos despedimos..., éste con especial cariño.
Un saludo y feliz fin de semana!
Que historia tan tierna...,te ha quedado preciosa, en verdad que la ancianita estará ilusionada con su comoda recien restaurada, que la disfrute, un saludo :)
ResponderEliminarSiiii, se quedó tan contenta! es un placer hacer feliz a la gente...Un saludo y gracias por tu comentario!:)
ResponderEliminarQue buena entrada y las explicaciones.Lo dde la llave me ha llamado mucho la atención.Me ha gustado mucho
ResponderEliminarMe alega mucho que te haya gustado y espero que las explicaciones te sirvan! Un saludo!
Eliminaros tuvo que dar pena despedirle. Es precioso. Me lo imagino con las capas de pintura. A mí me pasa mucho. Cuando me acuerdo de hacer fotos ya llevo a la mitad el mueble. un beso
ResponderEliminarSrta Eva.
ResponderEliminarHe descubierto su extraordinario blog gracias a un familiar cliente suyo y desde ahora lo seguire con mucho interes. Soy canaria y vivo en Suiza, siento gran interes por las antigüedades y admiro enormemente las personas que como Vd, con tan alto grado de profesionalidad, saben embellecerlas, restaurarlas y conservarlas.
Un cordial saludo.
CH
Muchísimas gracias por su comentario. También es de agradecer que haya personas, como usted, amantes de las antigüedades, que animen, admiren y exijan un trabajo realizado con criterio y respeto. Me alegra tenerla de seguidora!.
EliminarUn cordial saludo para usted también.